Estas galletas de mantequilla y mermelada son tan tiernas y deliciosas que se derriten en la boca. Además, son superfáciles y sólo necesitan un puñado de ingredientes. Siempre son un éxito entre grandes y pequeños.
- 1 taza (2 barritas/16 TB) de mantequilla salada, ablandada (lo suficiente como para que ceda al presionarla ligeramente, pero no derretida).
- 1/2 taza de azúcar glas, más 1/4 de taza para espolvorear
- 2 cucharaditas de extracto puro de vainilla
- 1/8 cucharadita de sal de mesa
- 2 tazas de harina común
- 1/2 taza de conserva espesa de fruta (por ejemplo, frambuesa, mora, melocotón)
- 1. Precalentar el horno a 325°F con la rejilla en posición media. Forra una bandeja para hornear con papel pergamino.
- 2. En el bol de una batidora de pie con el accesorio de pala a velocidad alta, bata la mantequilla y el azúcar hasta que estén cremosos y ligeros, de 2 a 3 minutos (no se precipite en esta parte, ya que determinará el resultado de la masa). Añada la vainilla y la sal, raspando el bol según sea necesario. Cambiar a medio-bajo y mezclar suavemente con la harina, sólo hasta que se combinen. La masa debe quedar algo pegajosa. Forme una bola, cúbrala y póngala a enfriar entre 30 y 60 minutos.
- 3. Forme bolas de 2,5 cm con cucharadas soperas. Coloque las bolas de masa en bandejas para hornear forradas con papel pergamino o en tapetes de silicona para hornear. Presione el centro de cada bola con el extremo del mango de una espátula de madera o con el dedo, haciendo un hueco en el centro, profundo pero no demasiado ancho (ayuda sostener la bola de masa en la palma de la mano mientras se forma el hueco con el dedo).
- 4. Rellenar generosamente los centros de las galletas con mermelada o confitura. Yo utilizo una cuchara muy pequeña o una manga pastelera. Hornear 20-25* minutos o hasta que estén doradas e hinchadas. Dejar enfriar 5 min. en la bandeja del horno, luego transferir suavemente para terminar de enfriar en una rejilla.
- 5. Cuando las galletas estén completamente frías, espolvoréelas con azúcar glas. Las galletas se pueden conservar en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante unos días.